divendres, 16 de setembre del 2011

Qué bonito sería


en Tengoalgoenelojo, Núm.3, LIES







QUÉ BONITO SERÍA...


Me siento realizada en el trabajo, es lo que siempre había querido hacer
Un día vamos a dejar el trabajo y montaremos un bar
Lo importante es tener salud (después de un sorteo de la lotería)
Yo, es que soy así.
La vida es así.
Me encanta vivir sola y tener independencia
Soy feliz con mi marido y mis tres hijos
Si tengo una enfermedad mortal, quiero saberlo
Si tengo una enfermedad mortal, no quiero saberlo
El jersey es nuevo? Pues te sienta muy bien
Que rico te ha quedado hoy el pollo al curry
Es que tengo una hipoteca y no puedo hacer tonterías.
Tengo sólo 34, me queda mucho por hacer
Oh, ah, oh oh, sí, sí, sigue así, sí, ……….mmmmhh. Ha sido fantástico, cariño.
Cariño, lo que ha pasado entre él y yo no ha significado nada.
Los hombres son todos iguales
Es un chico muy especial
Me cae muy bien tu novio, es muy majo.
No me llama porque habrá perdido mi teléfono
No le llamo porque ya no me importa
Te quiero
No te quiero
Es verdad
Es Mentira




MENTIRA, de Pastora (CD Pastora)


 

(...)

Estoy fantásticamente en el trabajo
Me muero cada noche entre tus brazos
\"La vida és bonica però complicada\"
Todo me motiva, me siento extasiada!
Me muevo muy bien entre la gente
Si tú no me quieres, tú te lo pierdes
Pa´que sufrir si nadie me entiende
Y que bonito sería, si no fuera mentira.

MENTIRAS, MENTIRAS, YO ME CUENTO MENTIRAS
PA´TIRAR PA´LANTE: MENTIRAS
PA´ALEGRARME EL DÍA: MENTIRAS
MENTIRAS, MENTIRAS,
Y SE ME NUBLA LA VÍA CON TANTA MENTIRA.







Curry de gambas con coco y anacardos


No consigue dormir. Recuerda sus días en Ko-Lanta, una minúscula isla al sur de Thailandia. Después de dar varias vueltas en la cama, se levanta. Son las tres de la madrugada. Sus pasos la llevan hacia la cocina. 


Mientras busca la sartén se traslada de nuevo a Bangkok, de donde volvió hace sólo un par de meses. Estuvo en Bangkok durante una semana, por trabajo. Y decidió tomarse unas minivacaciones en alguna playa perdida, lejos de todo.


Prepara minuciosamente, uno a uno, todos los ingredientes, leche de coco, gambas, brotes de soja, anacardos. Un poco de pasta de curry rojo, es algo más picante que el verde, al principio le costó acostumbrarse...


Tomó el primer tren, sin rumbo fijo, hacia el sur. Estación tras estación iba olvidando su rutina y preocupaciones, y se preparaba para un descanso. Viajaba con una señora mayor y su hija, no hablaban casi inglés, que iban a ver a sus parientes. En algún punto del recorrido subió un chico joven.


Pone la sartén al fuego, echa un poco de pasta de curry y la crema de la leche de coco. Remueve bien, durante minutos, para deshacer bien la pasta de curry. Añade a un poco de ajo, y jengibre rallado.


Yam no hablaba mucho inglés, pero fue suficiente. Iba a visitar a un amigo a Ko-Lanta. Estaban viendo la posibilidad de abrir un pequeño hostal en la isla. Ella no sabía ni dónde estaba esa isla, pero en algún momento decidió que le acompañaba, o quizá lo decidió él, no sabe muy bien. Se dejó llevar o él se la llevó.


Un par de minutos y agrega el resto de la leche de coco, el azúcar, cúrcuma, corteza de lima y su zumo.


Con él aprendió algo de cocina... Mientras estuvieron alojados en casa de su amigo, Yam cocinaba platos exquisitos, algo fuertes... la primera vez le resultó extraño su sabor, luego se convirtió en natural. Le invade el intenso olor a curry, casi se marea, debe ser por el cansancio, pero se siente incapaz de dormir. Luego le añadían brotes de soja, o lo que encontraban en casa. Anacardos, una parte los machacaba trabajando con sus pequeñas manos, más delicadas que las de ella, y otra parte la añade entera. Finalmente, las gambas. Antes de terminar, pone a cocer un puñado de fideos de arroz. Lo servía con un poco de cilantro picado y se lo daba a probar. Así pasaron los días entre la playa y la cocina...


Lo prueba, lo paladea, y cierra los ojos. Una voz la devuelve a la cocina de su pequeño apartamento de Barcelona:
-mmm cariño, qué haces?, no puedes dormir? Otra vez cocinando?  Venga, vuelve a la cama... mmm... ya que estamos despiertos, por qué no me haces uno de esos masajes que aprendiste en Bangkok?


Cierra de nuevo sus ojos. Inspira y se llena de la esencia de curry y coco.


Apoya sus manos sobre el mármol, y le invade el frío. 
-Sí, cariño, ya termino, ahora voy... 












La receta: CURRY DE GAMBAS CON COCO Y ANACARDOS




Ingredientes para la pasta de curry roja


2 cucharadas de cayena en polvo
2 cucharadas de comino en polvo
3 cucharadas de jengibre picado
4 chalotas
6 dientes de ajo
2 limas: zumo y ralladura
un poco de cilantro


Trituramos todos los ingredientes. Podemos guardar la pasta que no utilicemos en paquetitos de dos cucharadas en el congelador. Si lo preferimos, podemos conseguir pasta de curry ya preparada en tiendas asiáticas:
-red curry paste (picante)
-green curry paste (más suave)




Ingredientes para el plato


1 lata de 400 ml. de leche de coco sin azúcar
1 cucharada de pasta de curry roja
2 dientes de ajo picaditos y un poco de jengibre rallado
3/4 de kg. de gambas peladas y abiertas
1 paquete de fideos de arroz
2 cucharadas de azúcar (preferible integral)
1 lima: zumo y corteza rallada
150 gr. de brotes de soja, habitas tiernas, setas o verduras (todo esto es opcional)
3 cebolletas cortadas en juliana y fritas (opcional) 
una cucharadita de cúrcuma
150 gr. de anacardos (o cacahuetes)




Ponemos una cucharada de pasta de curry en un wok o sartén y añadimos la crema de la leche de coco (es la parte de la leche de coco más espesa que se forma en la lata en reposo). Cocinamos unos 5 minutos removiendo hasta deshacer bien la pasta de curry. Añadimos jengibre y ajo, cocinamos un par de minutos.


Agregamos el resto de la leche de coco, el azúcar, la cúrcuma, la corteza de la lima y zumo al gusto, las habitas o las verduras que nos apetezca, la mitad de los anacardos bien machacados y la otra mitad enteros, y cocinamos unos minutos.


Añadimos las gambas y los brotes de soja (si queremos), y agua si la mezcla está muy espesa. Cocinamos unos tres minutos y servimos espolvoreado con cilantro picado. 


Se acompaña con fideos de arroz (hervidos durante 2 o 3 minutos y pasados por agua fría) o arroz.

En Oriente



EN ORIENTE




ORÉ

REÍ 

ENTRÉ

IRÉ




RÍETE 

TEN




RÍEN

TIENE




NO




TREN

REINO 

RETO





INERTE

ENTERO

TIERNO

ETERNO


De la revista Tengo algo en el ojo. Núm. 1, Oriente

divendres, 2 de setembre del 2011

Per què escric?

He trobat aquest blog Máquina de coser palabras amb els Per què escric? d'un munt de gent....


Els meus preferits són:



Alberto Manguel

Porque no sé bailar el tango, tocar un instrumento musical como la celesta o el glockenspiel, resolver problemas de matemáticas superiores, correr una maratón en Nueva York, trazar las órbitas de los planetas, escalar montañas, jugar al fútbol, jugar al rugby, excavar ruinas arqueológicas en Guatemala, descifrar códigos secretos, rezar como un moje tibetano, cruzar el Atlántico en solitario, hacer carpintería, construir una cabaña en Algonquin Park, conducir un avión a reacción, hacer surf, jugar a complejos videojuegos, resolver crucigramas, jugar al ajedrez, hacer costura, traducir del árabe y del griego, realizar la ceremonia del té, descuartizar un cerdo, ser corredor de Bolsa en Hong Kong, plantar orquídeas, cosechar cebada, hacer la danza del vientre, patinar, conversar en el lenguaje de los sordomudos, recitar el Corán de memoria, actuar en un teatro, volar en dirigible, ser cinematógrafo y hacer una película, en blanco y negro, absolutamente realista de Alicia en el País de las Maravillas, hacerme pasar por un banquero respetable y estafar a miles de personas, deleitarme con un plato de tripas à la mode de Caën, hacer vino, ser médico y viajar a un lugar devastado por la guerra y tratar con gente que ha perdido un brazo, una pierna, una casa, un hijo, organizar una misión diplomática para resolver el problema del Medio Oriente, salvar náufragos, dedicar treinta años al estudio de la paleografía sánscrita, restaurar cuadros venecianos, ser orfebre, dar saltos mortales con o sin red, silbar, decir por qué escribo.

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Javier Marías

Como ya he dicho en muchas ocasiones, escribo para no tener jefe ni verme obligado a madrugar.
También porque no hay muchas más cosas que sepa hacer, y lo prefiero y me divierte más que traducir o dar clases, que al parecer sí sé hacer. O sabía, son actividades del pasado.
También escribo para no deberle casi nada a casi nadie ni tener que saludar a quienes no deseo saludar.
Porque creo que pienso mejor mientras estoy ante la máquina que en cualquier otro lugar y circunstancia.
Escribo novelas porque la ficción tiene la facultad de enseñarnos lo que no conocemos y lo que no se da, como dice un personaje de la novela que acabo de terminar. Y porque lo imaginario ayuda mucho a comprender lo que sí nos ocurre, eso que suele llamarse "lo real".
Lo que no hago es escribir por necesidad. Podría pasarme años tan tranquilo, sin escribir una línea. Pero en algo hay que ocupar el tiempo, y algún dinero hay que ganar. También escribo para eso.









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Rosa Montero

Escribo porque no puedo detener el constante torbellino de imágenes que me cruza la cabeza, y algunas de esas imágenes me emocionan tanto que siento la imperiosa necesidad de compartirlas. Escribo para tener algo en qué pensar cuando, en la soledad tenebrosa del duermevela, por la noche, en la cama, antes de dormir, me asaltan los miedos y las angustias. Escribo porque mientras lo hago estoy tan llena de vida que mi muerte no existe: mientras escribo soy intocable y eterna. Y, sobre todo, escribo para intentar otorgar al Mal y al dolor un sentido que en realidad sé que no tienen.

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Santiago Roncagliolo

Debería decir que escribo porque no sé hacer nada más: no sé montar bicicleta, llevo un año tratando de sacarme el carné de conducir, no entiendo las declaraciones de Hacienda y, cuando se estropea el ordenador, la única solución que se me ocurre es llorar hasta que se arregle solo. Pero intentaré una respuesta más profunda:
Creo que la realidad no tiene ningún sentido. Las cosas pasan a tu alrededor de una manera errática, a menudo contradictoria, y un día te mueres. Las cosas en que creías dejan de ser ciertas de un momento a otro. En cambio, las novelas tienen un principio, un medio y un desenlace. Los personajes se dirigen hacia algún lugar, la gloria, la autodestrucción o la nada, y sus acciones tienen consecuencias en ese camino. Escribo historias para inventar algo que tenga sentido.
Pero además, escribir -como leer- te devuelve a la realidad mejor equipado para vivirla, con una comprensión mayor de lugares, personajes o sentimientos que no habrías visitado de otra manera. Y en ese sentido, no hace que la realidad sea más sensata, pero sí la vuelve un poquito mejor.

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Carlos Fuentes


¿Por qué respiro?
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Andrea Camilleri



Escribo porque siempre es mejor que descargar cajas en el mercado central.
Escribo porque no sé hacer otra cosa.
Escribo porque después puedo dedicar los libros a mis nietos.
Escribo porque así me acuerdo de todas las personas a las que tanto he querido.
Escribo porque me gusta contarme historias.
Escribo porque me gusta contar historias.
Escribo porque al final puedo tomarme mi cerveza.
Escribo para devolver algo de todo lo que he leído.


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Elvira Lindo

"Escribo desde los nueve años. Desde muy joven empezaron a pagarme en la radio por guiones, cuentos y sketches. A los 31 años comencé a escribir libros. Pensé que escribir era mi oficio hasta que me di cuenta de que se trataba de algo más. Es un oficio pero también una forma de vida. No sabría vivir sin escribir. Todo lo que hago al cabo del día, lo que veo y escucho, lo que me provoca asombro, alegría o desdicha es material para ser contado. Y esa actitud vital, la de formar parte de la comedia humana pero la de ser también espectadora de ella, ese estar fuera y dentro a la vez, me ayuda a asimilar la experiencia de una manera enriquecedora. Escribo todos los días. Cuando no escribo me siento una inútil, así que he llegado a una conclusión radical: nunca podré dejarlo. No sé hacer otra cosa, no sabría vivir de otra manera".

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Andrés Neuman

Escribo porque de niño sentí que la escritura era una forma de curiosidad e ignorancia. Escribo porque la infancia es una actitud. Escribo porque no sé, y no sé por qué escribo. Escribo porque solo así puedo pensar. Escribo porque la felicidad también es un lenguaje. Escribo porque el dolor agradece que lo nombren. Escribo porque la muerte es un argumento difícil de entender. Escribo porque me da miedo morirme sin escribir. Escribo porque quisiera ser quienes no seré, vivir lo que no vivo, recordar lo que no vi. Escribo porque, sin ficción, el tiempo nos oprime. Escribo porque la ficción multiplica la vida. Escribo porque las palabras fabrican tiempo, y tiempo nos queda poco.

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Amélie Nothomb

Me preguntan por qué elegí escribir. Yo no lo elegí. Es igual que enamorarse. Se sabe que no es una buena idea y uno no sabe cómo ha llegado ahí pero al menos, hay que intentarlo. Se le dedica toda la energía, todos los pensamientos, todo el tiempo. Escribir es un acto y al igual que el amor, es algo que se hace. Se desconoce su modo de empleo, así que se inventa porque necesariamente hay que encontrar un medio para hacerlo, un medio para conseguirlo.
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I sens dubte, la millor, respondre amb més preguntes... 


Antonio Tabucchi
Preferiría formular la pregunta así: ¿Por qué se escribe? Hace tiempo, cuando era joven, escuché a Samuel Beckett responder: "No me queda otra". Las respuestas posibles son todas plausibles pero con un punto de interrogación. ¿Escribimos porque tememos a la muerte? ¿Por qué tenemos miedo de vivir? ¿Por qué tenemos nostalgia de la infancia? ¿Por qué el tiempo pasado corrió deprisa o porque queremos detenerlo? ¿Escribimos porque a causa de la añoranza sentimos nostalgia, arrepentimiento? ¿Por qué queríamos haber hecho una cosa y no la hicimos o porque no deberíamos haber hecho algo que hicimos y no debíamos? ¿Por qué estamos aquí y queremos estar allá y si estuviéramos allá nos hubiese resultado mejor quedarnos aquí? Como decía Boudelaire: la vida es un hospital donde cada enfermo quiere cambiar de cama. Uno piensa que se curaría más deprisa si estuviera al lado de la ventana y otro cree que estaría mejor junto a la calefacción.